Los campamentos de caza se encuentran ubicados en la selva profunda, cada familia tiene su propio espacio. Se ubican lejos de la comunidad por seguridad, y más cerca a las montañas donde viven mayor número de animales. Los hombres en grupos de 3 a 6, caminarán dentro del bosque por semanas si es necesario hasta encontrar la presa. Todo lo que se requiere para el viaje, será transportado sobre sus espaldas. Desafortunadamente, la caza ilegal realizada por personas de fuera de la comunidad son cada vez más comunes en el área, lo cual combinado con el uso generalizado de armas de fuego, ha llevado a que la población de animales silvestres disponibles para alimentarse disminuya. A pesar de esto, la caza es una de las actividades más emocionantes y culturalmente importantes para los Shawi.
Materiales de caza para una persona en un viaje de aproximadamente 5 días. Desde arriba a la izquierda: mosquitero, masa fermentada de yuca (para preparar masato), mochila, linterna, cuchillo, tazón para comer, machete, rifle, conchita (utilizado como cuchara), plátanos, yuca, sal, cartuchos de escopeta, baterías, tazón de beber, bolso de la pesca.
A lo largo del camino alejándose de la comunidad, varias casas periféricas son pasadas y muchos refrescos son ofrecidos y recibidos. En el último punto de descanso, antes de ingresar en la jurisdicción de la Madre del bosque, se realiza una ceremonia con humo de tabaco. Luego, cuando los árboles cierran el paso a los cazadores y el sendero se reduce a la anchura de la palma de una mano, las balas se cargan y el silencio se deja caer entre los hombres. En el grupo, hay un profundo respeto por la Madre del bosque, de la montaña y del cielo; donde antes se compartieron risas abiertamente, ahora las bromas sólo se murmuran con ojos abiertos y culpables.
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Eventualmente, los cazadores llegan al campamento. Es un refugio para protegerlos de la lluvia, hay una pequeña chacra de yuca, y una sábana de bichos que prefieren un suelo de bosque orgánico. No se pierde el tiempo; la mayor parte del grupo empieza a pescar para la cena, mientras que un hombre solitario camina hacia el bosque con su rifle. Por las siguientes dos semanas, este es el ritmo de la vida, se alterna entre la pesca, la cocina y la caza. Los pequeños peces del río sirven como cena para los cazadores, demasiado pequeños para justificar llevarlos a casa y para la comunidad. Una presa más grande es lo que buscan, cerdos salvajes, venados y otros mamíferos de tamaño mediano. Una persona a la vez va buscando con el rifle, de esta manera se mueven más silenciosos y reducen el riesgo de accidentes.
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A pesar de aprenderla desde muy corta edad, la caza no es una actividad fácil. La presa escapa con frecuencia, y según los miembros de la comunidad, esto nunca ha sido más cierto que hoy en día. La caza con fines de lucro, una práctica cada vez mayor de personas que traspasan las tierras comunitarias, está obligando a la gente de Nuevo Progreso a cazar presas más pequeñas. Los roedores y algunas aves que alguna vez fueron consideradas demasiado pequeñas para justificar su caza ahora son presas comunes. Estas alternativas de animales tienen menos carne para los cazadores y para sus familias que están en constante crecimiento, así mismo, se desconoce el impacto de cazar estas especies sobre los ecosistemas.
Escondido en un árbol muerto
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Durante una excursión solitaria, Elvis, el cazador a cuya familia le fue asignada la tierra, se encuentra con otro pequeño mamífero. Esta vez, la caprichosa presa ingresa en un sistema de túneles antes que la bala sea disparada. El cazador pasa las dos horas siguientes cavando con su perro en vano.
Tres huecos vacíos
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Eventualmente, en medio de la segunda noche, un disparo rompe el húmedo zumbido de los insectos. Nelson, el mayor del grupo, regresa con la carne digna de llevar de vuelta a la comunidad. Por la mañana, con su sobrino, él limpia la piel, eviscera y sala el animal. Esta carne será compartida entre su familia, y con otras familias que han compartido recientemente con él. Este tejido social es crucial como un sistema de apoyo para los que viven al límite. A medida que la caza se vuelve más difícil, este tejido se debilita, un efecto sutil pero significativo, relacionado con la disminución de la salud de los animales.
Han pasado generaciones desde que los miembros de la comunidad cambiaron los dardos por balas, pero la caza no ha dejado de cambiar en Nuevo Progreso. El aumento de la densidad poblacional ha puesto una seria presión sobre las poblaciones de animales silvestres, lo que hace hoy más difícil que nunca encontrar especies preferidas mayores, como cerdos salvajes y venados. Como resultado, las personas consumen especies disponibles más fácilmente como roedores y aves. No se conoce el impacto que esta medida de adaptación tendrá sobre los ecosistemas. Además de esto, muchos otros elementos de la vida comunitaria están siendo alterados en un intento de mantener el acceso a la carne silvestre. Comprender la importancia de la caza para la comunidad, y las medidas que se deberán tomar para preservar su práctica, es necesario para entender otras medidas de adaptación que se están experimentando.